El "musée des Républiques"

El Palacio del Louvre
2da. mitad del siglo XIX

En 1882, después de doce años de proyectos y de tergiversaciones, la demolición de las ruinas de las Tullerias ponen fín a la función palacial del conjunto. Pero Lefuel reedifica los pabellones de Flore y de Marsan así como las alas norte donde se instala el ministerio de Finanzas. La historia del palacio del Louvre de ahora en adelante va a identificarse a la del museo.

Nuevos decorados van a modificar una vez más el aspecto de los lugares: la gran escalera (1934) que va a dominar la Victoria de Samotracia, la antesala de Enrique II cuyo techo recibe una composición de Georges Braque (1953). El Louvre, museo nacional, prosigue a lo largo del siglo XX el prodigioso enriquecimiento de sus colecciones y su regularización.

Pero, en los años setenta, los espacios disponibles no responden más al crecimiento de las colecciones y al desarrollo de la frecuentación. Una solución radical debe encontrarse. Esta consiste en transferir en 1986 lo esencial de las obras posteriores a 1848 al musée d'Orsay, nuevamente creado del otro lado del Sena, y renovar el Louvre.

Todo esta hecho para facilitar el acceso del museo a un público el más numeroso posible. La recepción y el confort de visita se toman en cuenta particularmente. Sobre todo, conciertos, conferencias y películas son propuestos en el Auditorium.

Así el palacio del Louvre vuelve a encontrar, a través de su función de museo repensada, una vida rica y animada en pleno corazón de la ciudad.



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