La Venus de Milo, en
caja,
en el momento de la restauración de 1871
El origen de la colección de este departamento remonta a las de
Francisco 1ero y Enrique IV a las cuales se han agregado, en el siglo XVII, las
de Richelieu y de Mazarino. Colecciones particulares, los bienes de los
emigrantes incautados durante la Revolución, constituyen un museo de
antigüedades esbozado en 1795 y abierto en 1800 después que llegaron
al Louvre las obras requisicionadas por Bonaparte durante sus campañas en
Italia.
Con la caída de Napoleón, la mayoría de antigüedades
ingresadas durante el periodo revolucionario y el Imperio regresan a Italia, con
la excepción de las que fueron entonces compradas a sus propietarios. A
numerosos dones (la Venus de Milo en 1821) y compras de colecciones
(Tochon en 1820, caballero Durand en 1825 y 1836) se han agregado, a partir del
reino de Carlos X, los resultados de excavaciones y de exploraciones científicas.
Citemos particularmente la llegada al Louvre de la colección del marqués
de Campana en 1862 y el envío por Champoiseau en 1863 de la Victoria
de Samotracia que, veinte años más tarde, está
instalada en la plaza que ocupa todavía hoy en día en lo alto de
la escalera Daru. Las piezas y estatuas de terracota forman además un
conjunto excepcional situándose en el primer rango de las colecciones
mundiales.